El rapto de las mulatas. Obra pictórica realizada al óleo sobre lienzo por el pintor vanguardista cubano Carlos Enríquez Gómez en 1938. Pintura en la que confluyen armónicamente lo sensual, lo dinámico y lo cubano.
Carlos Enriquez El Rapto de las Mulatas |
Ubicación:
Actualmente el óleo se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Bellas Artes, en La Habana, Cuba; como fiel muestra del alcance y el despertar del arte cubano en las primeras décadas de Siglo XX.
La obra :
La pintura es una fuerte referencia al mito clásico El rapto de las Sabinas, tema retomado a lo largo de la historia del arte: el famoso grupo en mármol del mismo nombre debido a Giambologna en (1583), emplazado en la Lonja de la Plaza de la Señoría de Florencia o los dibujos en (1633) del francés Nicolas Poussin que se encuentran en la Galería de los Uffizi, en la misma ciudad, y que se puede apreciar in situ; o el cuadro del también francés Jacques Louis David, del Siglo XVIII, e incluso en el Siglo XX, por el genio de genios, Pablo Picasso.
Trasmite:
El rapto de las mulatas nos presenta una imagen donde lo cinético pretende ser, más que los motivos o formas, el verdadero protagonista de la composición. Para ello Carlos Enríquez ha dotado a su lienzo de una peculiar manera de hacer sentir lo dinámico y dramático de su acción interior.
De esta forma la arremolinada composición se siente girar; se torna dinámica y convulsa sin que implícitamente estén presentes puntos o ejes de giro visuales. A la vez, recursos como las transparencias, el ritmo y el equilibrio han ayudado a conformar la expresión de la dinámica escena.
Detalles:
El rapto se produce bajo un cielo tormentoso, sobresalen en la escena el verde brillante y el rojo, retoza con los blancos y las luces, todo ello envuelto en un ambiente de violenta irrealidad. Contiene líneas con trazos rápidos. Los detalles del escenario no son importantes para el pintor, se logra ver palmeras de medio penacho.
En sus violentos movimientos, los personajes parecen entrelazarse unos con otros, logrando la idea de agitación arremolinada. La acción está cargada de sensualismo, surge el combate, los caballos se embisten, y los machetes cortan el aire, las mujeres ofrecen una fuerte resistencia pero al final la fuerza de los hombres las somete, las domina, las pasiones y miedos del dramático momento emanan del cuadro.
Carlos Enriquez Gomez. Born in Zulueta,(Villa Clara) Cuba 1900. Died Havana, (Finca Huron Azul) 1957.
Carlos Enriquez formal artistic training was scant, yet he had a college education and was an avid reader. In 1918-19 he took painting classes while in high school at the Escolapios in Guanabacoa and in 1924, after graduating from business school in Philadelphia, he briefly attended the Pennsylvania Academy of Fine Arts. He returned to Cuba in 1925 with the painter Alice Neel, whom he married that year. In Havana, Carlos Enriquez worked at the Independent Coal Company, drew and painted in his spared time, and participated in the earliest manifestations of modernism in Cuban painting. Conscious of the need to expand his artistic knowledge and potential, he left Havana for the United States and then Europe. Carlos Enriquez lived in New York from 1927 to 1930 and in Paris and Madrid from 1930 to 1933. Among the most important experiences of those formative years were his visits to the Metropolitan, Prado, and Louvre museums, his endless conversations with artists and intellectuals of many nationalities at the cafe Le Dome in Paris, and his contact with surrealism. Given the evidence of his work, he was attracted to the surrealism of Federico Garcia Lorca, early Salvador Dali, and late Francis Picabia as far as their use of superimposed images and erotic subject matter is concerned. Carlos Enriquez returned to Cuba in 1934 and, like the case of the other vanguardia artists, the rencounter with his native land provided the catalyst for his mature style and his commitment to express Cuban realities and myths. Using a personal visual language of fluid lines, overlapping color forms, and dynamic figure compositions, he represented the Cuban countryside, its inhabitants, and folklore. Poor peasants, heroic legendary and historical figures, sensual women, restless horses, and windy landscapes of palm trees and rolling hills are the main characters and setting for "creole ballads" of confrontation, eroticism, and conflict. The subjects were often inspired by popular myths and social realities. He also painted portraits of friends, many nudes, and some still lifes. Although basically a painter, Carlos Enriquez was an estimable writer. He published essays and letters on his art as well as three novels: Tilin Garcia (I939), La vuelta del Chencho (written 1942, published 1960), and La feria de Guaicanama (written 1942, published 1960). His paintings and drawings are in the collections of the National Museum of Cuba, El Huron Azul (his home turned museum in the outskirts of Havana), the Museum of Modern Art in New York, the Cuban Foundation Museum in Daytona Beach, and the Cuban Museum of Art and Culture in Miami. The latter institution organized a major exhibition of his work in 1986. His paintings and drawings are also in private collections in Cuba, Latin America, the United States, and Europe. | ||||||||||||
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Carlos Enriquez's |
Refriéndose a Carlos Enríquez, autor de esta importante obra de la modernidad pictórica en Cuba, el prestigioso intelectual cubano José Antonio Portuondo señaló:
“… fue uno de los más talentosos renovadores de la plástica cubana y, entre ellos, el amante más fiel y constante de la tierra cubana y sus criaturas, de sus leyendas y costumbres, en las cuales está la raíz de un auténtico arte cubano”.
Premios:
Obra premiada en la II Exposición Nacional de Pintores y Escultores en La Habana, en 1938.
Fuentes:
Ecured.cu
Carlos Enríquez: los 70 del rapto y el hurón
Conoce el Patrimonio Cultural. 1980. Colectivo de autores.
Estética y Revolución. La Habana, 1963. José Antonio Portuondo.
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