Fallece en Miami el pintor Rafael Soriano, pionero del abstraccionismo en Cuba
Fue 'uno de los grandes artífices del manejo de
la luz, el color y las profundidades en la pintura contemporánea', dice
el curador Jesús Rosado.
Soriano, "quien pasará a la historia como uno de los grandes artífices del manejo de la luz, el color y las profundidades en la pintura contemporánea", falleció en su hogar acompañado por sus seres queridos, informa el curador Jesús Rosado.
Nacido en Cidra, Matanzas, el 23 de noviembre de 1920, Rafael Soriano López estudió en la Academia de San Alejandro, en La Habana, graduándose de pintura y escultura en 1943. Durante esos años conoció al crítico José Gómez Sicre y a los pintores Víctor Manuel y Fidelio Ponce, con quienes mantuvo una estrecha amistad.
De regreso a Matanzas, funda la Escuela Provincial de Bellas Artes, junto a Manuel Rodulfo Tardo, José Felipe Núñez, Juan Esnard y Roberto Diago, donde se desempeñó como profesor y director hasta su partida al exilio en 1962.
En los años 40, Soriano incursionó en el abstraccionismo y pronto se convirtió en uno de los principales exponentes del arte concreto en la Isla y en América Latina.
Entre 1958 y 1961 formó parte del reconocido grupo de Diez Pintores Concretos, junto a artistas como Carmelo López, Wilfredo Arcay, Salvador Corratgé, Sandú Darié, Luis Martínez Pedro, Pedro de Oráa, Loló Soldevilla, José María Mijares y José Rosabal.
"No pretendo transmitir ningún mensaje de la realidad: me mueve un ansia de viajar a través de la pintura por la dimensión del espíritu, donde lo íntimo y lo cósmico confluyen", expresó Soriano sobre su trabajo, según recoge su web.
Decepcionado con el rumbo que había tomado la revolución cubana y marginado por el oficialismo cultural por dedicarse a un arte desideologizado, decide partir a EEUU con su esposa Milagros y su hija Hortensia.
"Los primeros años de exilio fueron duros para su carrera como pintor. El propio Soriano refería en algún momento que la tristeza, el desarraigo y la lucha por la supervivencia no le permitían crear con la fluidez de otros tiempos", indica Rosado.
Con el apoyo de su esposa retomó su carrera artística. Entre 1967 y 1970, se desempeñó como profesor de Diseño y Composición del Programa Cubano de la Universidad de Miami y, a partir de entonces, su trabajo artístico recobró energías. Llegó a realizar más de 50 exposiciones personales, y participó en varias muestras colectivas en galerías y museos de EEUU y América Latina.
"Los trabajos de esta segunda etapa de Soriano, a diferencia del periodo temprano, muestran representaciones de muy ambigua asociación con las apariencias convencionales del mundo material, y las maniobras de color e iluminación con que logra sus peculiares efectos visuales revelan una especial intuición para plasmar en un registro pictórico la disolución de fronteras entre la solidez de la realidad, los misterios de la nada y el subconsciente", indica Rosado.
"Este giro místico en su creatividad redefinió no solo el abstraccionismo cubano, sino que aportó novedosas soluciones al arte pictórico de su generación. Es justamente la exclusividad e impecable factura de sus desconcertantes visiones, lo que habría de incorporarlo definitivamente a la vanguardia pictórica latinoamericana del XX", señala el curador.
En el 2011, el Lowe Art Museum de la Universidad de Miami le organizó, a manera de tributo, una abarcadora retrospectiva que incluyó setenta y cinco piezas entre pinturas, dibujos y cerámicas.
"Con su muerte, Cuba pierde a uno de sus más talentosos pintores sin haberlo acogido de vuelta en vida y sin saldar la deuda hacia una obra cuya trayectoria fue relegada, primero por la inclinación hacia un discurso genuinamente estético donde no cabía la politización, y luego, durante décadas, por su condición de exiliado", concluye Rosado.
| TV Martí | 9 Abr 2015 - 6:56 pm.
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