Muere en Miami el pintor Salvador Corratgé
Salvador Zacarías Corratgé Ferrera, conocido internacionalmente en el mundo del arte como Salvador Corratgé, murió el jueves 20 en la noche, en Miami, a los 86 años y en pleno fervor creativo.
Corratgé nació en La Habana en 1928. Hacia mediados de la década de 1950, el artista fue protagonista de uno de los giros más radicales dentro de la historia del arte cubano: la eclosión del movimiento abstracto y, en específico, su vertiente concreta, gracias a la conformación en 1958 del grupo 10 Pintores Concretos.
Integrado además por Pedro de Oraá, Wilfredo Arcay, Pedro Álvarez, Sandú Darié, Luis Martínez Pedro, Alberto Menocal, José Mijares, Loló Soldevilla y Rafael Soriano, el grupo significó de tajo la renuncia a la tradición figurativa y al componente narrativo como únicas opciones válidas dentro del arte cubano. Por primera vez, además, el arte producido en la isla entraba en sintonía con las tendencias contemporáneas entonces en boga en el mundo.
En medio de este grupo, del que Corratgé era una de las figuras más jóvenes, la obra de este prolijo artista, que incursionó en la pintura, la escultura, el diseño y la cerámica, va perfilándose como una factura refinada en la que confluyen las depuradas formas geométricas propias del constructivismo y la elegante sinuosidad del arte japonés. Gracias a esta sofisticada fusión, en la obra de Corratgé la abstracción concreta e informal convergen en una orgánica simbiosis en la que el elemento concreto parece cargarse de vida.
Con el triunfo de la revolución cubana de 1959, la radical ola abstracta cubana sufre una arremetida sin par. Las demandas de un arte “socialmente comprometido” y el hecho de que la abstracción fuera etiquetada como una producción “extranjerizante”, dan al traste con el movimiento. Muchos artistas abandonan entonces la isla, otros, como Corratgé, continúan trabajando y experimentando nuevos caminos, animado siempre por los dos polos que motivan e inspiran su propuesta: la abstracción concreta y la abstracción informalista.
Iniciado el nuevo milenio, Corratgé decide un viaje de regreso a la pintura concreta pura donde el artista, como artífice sin par, juega magistralmente con el acento cromático plano y el elemento geométrico. No es casual que esta etapa se reinicie con la serie Homenaje al cuadrado, que el artista realiza en 2004 y que, sin lugar a dudas, constituye un homenaje implícito a la figura iniciática de Kazimir Malevich.
En la actualidad, Corratgé daba los últimos toques a su muestra personal Un mar de formas, cuya inauguración está prevista para el viernes 28 de noviembre en la galería Latin Art Core, que desde hace años representa al artista en Miami.
Su director, Israel Moleiro nos explica: “Es casi una muestra retrospectiva porque comprende obras de todas las etapas de Corratgé, desde los años 1950 hasta obras que recientemente terminara el artista para esta exposición. La semana pasada estaba trabajando en uno de sus cuadros. Estuvo activo hasta el último momento”.
Corratgé había llegado a Miami en agosto para visitar a su familia y había decidido extender su estancia para poder asistir a la inauguración de su muestra en Latin Art Core. El domingo pasado, un dolor repentino sorprendió al artista. Después de ingresar en el Mercy Hospital, falleció en compañía de sus familiares más allegados.
Su pérdida es sentida para todos los amantes del arte cubano y latinoamericano. Su obra, un legado imborrable que nos acompañará por siempre.
11/21/2014 7:00 AM
11/22/2014 5:56 PM
Salvador Zacarías Corratgé Ferrera, conocido internacionalmente en el mundo del arte como Salvador Corratgé, murió el jueves 20 en la noche, en Miami, a los 86 años y en pleno fervor creativo.
Corratgé nació en La Habana en 1928. Hacia mediados de la década de 1950, el artista fue protagonista de uno de los giros más radicales dentro de la historia del arte cubano: la eclosión del movimiento abstracto y, en específico, su vertiente concreta, gracias a la conformación en 1958 del grupo 10 Pintores Concretos.
Integrado además por Pedro de Oraá, Wilfredo Arcay, Pedro Álvarez, Sandú Darié, Luis Martínez Pedro, Alberto Menocal, José Mijares, Loló Soldevilla y Rafael Soriano, el grupo significó de tajo la renuncia a la tradición figurativa y al componente narrativo como únicas opciones válidas dentro del arte cubano. Por primera vez, además, el arte producido en la isla entraba en sintonía con las tendencias contemporáneas entonces en boga en el mundo.
En medio de este grupo, del que Corratgé era una de las figuras más jóvenes, la obra de este prolijo artista, que incursionó en la pintura, la escultura, el diseño y la cerámica, va perfilándose como una factura refinada en la que confluyen las depuradas formas geométricas propias del constructivismo y la elegante sinuosidad del arte japonés. Gracias a esta sofisticada fusión, en la obra de Corratgé la abstracción concreta e informal convergen en una orgánica simbiosis en la que el elemento concreto parece cargarse de vida.
Con el triunfo de la revolución cubana de 1959, la radical ola abstracta cubana sufre una arremetida sin par. Las demandas de un arte “socialmente comprometido” y el hecho de que la abstracción fuera etiquetada como una producción “extranjerizante”, dan al traste con el movimiento. Muchos artistas abandonan entonces la isla, otros, como Corratgé, continúan trabajando y experimentando nuevos caminos, animado siempre por los dos polos que motivan e inspiran su propuesta: la abstracción concreta y la abstracción informalista.
Iniciado el nuevo milenio, Corratgé decide un viaje de regreso a la pintura concreta pura donde el artista, como artífice sin par, juega magistralmente con el acento cromático plano y el elemento geométrico. No es casual que esta etapa se reinicie con la serie Homenaje al cuadrado, que el artista realiza en 2004 y que, sin lugar a dudas, constituye un homenaje implícito a la figura iniciática de Kazimir Malevich.
En la actualidad, Corratgé daba los últimos toques a su muestra personal Un mar de formas, cuya inauguración está prevista para el viernes 28 de noviembre en la galería Latin Art Core, que desde hace años representa al artista en Miami.
Su director, Israel Moleiro nos explica: “Es casi una muestra retrospectiva porque comprende obras de todas las etapas de Corratgé, desde los años 1950 hasta obras que recientemente terminara el artista para esta exposición. La semana pasada estaba trabajando en uno de sus cuadros. Estuvo activo hasta el último momento”.
Corratgé había llegado a Miami en agosto para visitar a su familia y había decidido extender su estancia para poder asistir a la inauguración de su muestra en Latin Art Core. El domingo pasado, un dolor repentino sorprendió al artista. Después de ingresar en el Mercy Hospital, falleció en compañía de sus familiares más allegados.
Su pérdida es sentida para todos los amantes del arte cubano y latinoamericano. Su obra, un legado imborrable que nos acompañará por siempre.
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