Tuesday, September 25, 2012

Jose Julian Aguilera Vicente - "The Return of the Walker"

Written by: Reinaldo Cedeño Pineda
Santiago de Cuba, early August 24, 2010


Jose Julian Aguilera Vicente
Julian Jose Aguilera Vicente
"Heredia Baja" Oil
Carbonell Flores Collection



With intertextuality as a resource, there is a European Baroque style which faithfully exposes the essence of this movement: anatomy lesson, in this case subverting the characters and what is being studied to reflect equally aristocratic atmosphere high contrast between light and shadow to an artist from Santiago de Cuba, who this time offers landscape's lesson. Precisely with this work, we receive personal exhibit: “The Walker's Return” one of our greatest painters and printmakers, José Julián Aguilera Vicente, at the Provincial Center of Plastic Arts and Design (Universal Art Gallery). The works, which sum up the essence of the whole sample, is a majestic landscape lesson. The Walker's Return signals a clear retrospective of the artist, who invites us through 72 pieces to explore the issue that has occupied the mind of the teacher and the brush for almost half a century: the urban landscape, and in this case the representation the streets of the city of Santiago De Cuba, the motif of his creations. Precisely one of the values ​​of the work of Jose Julian Aguilera Vicente lies in the wisdom with which the artist speaks from his style. Many have reflected the heady beauty of the streets of Santiago and the Aguilera's father has left no doubt his mark in this regard. So enjoy, among other pieces as Calle de la Marina, Padre Pico, Butchery, Heredia Baja and San Francisco, which reflect a very colorful city, peaceful, bright and few, if any person, not to look for it as a city full of joy.







Jose Julian Aguilera Vicente

San Geronimo - 2009
Jose Julian Vicente Aguilera
Flores Carbonell Collection


However this is not the only issue that surfaces in his works, and it is part of the merit of this important collection of pieces by this artist, as well as its renowned landscape views find no less relevance in rural and Sierra Dawn, In the flowery field, and Sunset and Sugarcane fields which stand with his usual attachment to representational painting, the gorgeous and colorful of our fields. Likewise he also exposed his tributes to Fidelio Ponce (triptych) and Orozco and several self-portraits among which stands out the very landscape lessons.
Jose Julian Aguilera Vicente
Jose Julian Aguilera Vicente
Sugar Field Worker - Oil
Flores CarbonellCollection


In his career José Julián Aguilera Vicente has set the bar in terms of artistic creation is concerned. He has elaborated painting, sculpture, printmaking, graphic design and has also done interiror design. But his work has not only been that of artistic creation, has gone further, and although characterized as a fine artist has also been excellent in teaching, outstanding as professor at the Academy of Fine Arts José Joaquín Tejada Provincial Arts Academy, the IPE and Eastern University. He is also one of the leading figures of the group “Galeria”, which revolutionized the arts collective in Santiago during the 50s. Not surprisingly, the great esteem and consideration that has personality inside and outside the country, possessing so many distinctions that welcome his exalted task. Santiago natives are proud to have this great example of one of the pillars of the visual arts in the city. We thank and congratulate those responsible for the flow of images that today allows us to enjoy the return of the traveler.


La Pintura de Cata, viendola se le oye.

Nota Publicada en “Raices Cubanas”
La Pintura de Cata, viendola se le oye.
Por Dominica Alcantara
Héctor Cata es un pintor cubano joven, dotado de una extraordinaria sensibilidad, tenaz en la búsqueda de nuestras tradiciones, indagando el pasado, el presente y las posibilidades futuras de lo cubano, que es dolor unido a inefable gozo bajo el sol o las estrellas.
Pero Cuba también es sonido, ruidos mil y música. Y el cubano baila con un son que sólo él oye. 0 quizás, por lo universal de la distribución de nuestra música, que el mundo entero oye, pero que solo al cubano lo mueve de modo único.
Porque en Cuba todo se mueve, todo se mece. Los alisios que hicieron posible el Descubrimiento de América un siglo antes que la técnicas navieras lo hubieran permitido. recorren la isla todo el día casi todo el año. Luego sopla el terral vespertino. Y en invierno soplan fieros los nortes. Y cuando Dios se pone bravo, el feroz huracán lo mueve todo implacablemente.
No es una isla estática la que dio nacimiento a Héctor Catá, sino una hamaca que se mece perennemente en El Caribe. Ese vaivén que se refleja perfecto en nuestra música, dicta el ritmo de las líneas exteriores de su dibujo. No hay una recta. Sus intentos de línea recta se mueven inquietos para acá o para allá. Luego, si al mirar su pintura, partimos del dibujo, empezamos por ver el movimiento perpetuo de nuestra naturaleza. ¿Será por eso que la mujer cubana tiene un modo de caminar que es todo una danza criolla? ¿Será por eso que el macho cubano camina como un gallo a la pelea, como en danza de guerra?
Eso está todo en el dibujo de Catá. Las flores son sensuales y hermosas como mujeres; las mujeres hermosas y sensuales como flores... al soplo de la perenne brisa. Sus palmas son novias que esperan. Sus montañas respiran inquietas. Sus calles son visiones de borracho. Hasta sus catedrales aparecen meciéndose ante la brisa. Porque para sus ojos, todo en Cuba se mueve en secreta música.
Catá tiene en su linea el son cubano, que es un menearse con gracia sin igual, en todos los sentidos, pero conservando el equilibrio final. Y todo lo pinta él fielmente. Pero no se concibe a Cuba en blanco y negro. Porque los colores se van de parranda en nuestra Isla. Para describir a la policroma Cuba hay que agotar la paleta. A la vez, hay que entender bien nuestro arcoiris para descubrir cuáles son los colores que reinan en nuestro reino. Catá nos lo da. Nos sabe dar los saltos alegres y rebeldes del rojo, el naranja y el amarillo ante la opresión del verde y el azul.
Hector Cata
"Guajira"
Flores Carbonell Collection

Si usted no sabe ver las mil caras del verde cubano, no nos haga un paisaje. Si no sabe reflejar los mil tonos de azules de nuestro cielo y nuestro mar, no nos pinte. Porque, además, nuestros verdes van hacia negros aqui, amarillos allá, naranja, rojo, azul, blanco, mil combinaciones más, como en un baile de máscaras. Porque nuestras aves se visten con los colores que les da la gana. Porque nuestras flores las imitan. Y nuestras frutas imitan a las flores y las aves. Y nuestras conchas de mar los imitan a todos y al arcoiris. Catá descubrió eso. Porque en Cuba hasta la tierra agota una paleta, y el surco puede ser negro, "colorao", siena, lila... No se acaba nunca de contárseles los colores a nuestra polícroma isla.
Catá los ve a todos y cada uno. Y cuando va a pintar un cuadro, "porsia", exprime todos los tubos del óleo en la paleta. Porque pintar en cubano es "tirar la paleta por la ventana". Y ponerse a cantar, y ponerse a bailar. Es hacer música... Su pintura, pues, se oye si el oído es cubano. Por eso Catá pinta La Habana Vieja, catedrales, el malecón cuajado absurdamente de frutas ¡y todo baila! Sus "doñas" reflejan la cualidad íntima de todas las mujeres cubanas, y todas parecen que van a cantar una habanera, o el aria trágica de Cecilia Valdés. En cuanto a riqueza y veracidad de detalles, el bordado, los encajes, que antes lucían nuestras abuelas, ha sido recuperado por Catá puntada a puntada.
Muy interesante también (como una especie de "realismo mágico" pictórico), es la manera en que el pintor intercala elementos de nuestra arquitectura y naturaleza en el cuerpo de las mujeres. Todo Cuba. Hasta lo negro de los ojos de sus "doñas" es un mensaje de unión racial. Y si son paisajes los que asoman detrás de una de esas "doñas", o una ermita, éstos tienen la misma calidad musical del resto de su obra. Si, por otro lienzo, es una pelea de gallos lo que pinta, la violencia cruel del momento es aliviada por lo glorioso de los colores. Como contar la historia misma de Cuba. Una tragedia cantábile.
Catá es autor de una vastísima obra que se destaca por sus singulares mensajes de cubanía, por la fuerza impactante de la brillantez cromática con que contempla la naturaleza, la belleza arquitectónica de ciudades y pueblos, sus mujeres y todo aquello que describe a la hermosa isla de Cuba, pues ella ha sido su inspiración permanente, y a ella solamente ha dedicado su arte.
Este pintor cubano de gran prestigio internacional, nació en La Habana, y allí se graduó en la Escuela de Artes Plásticas "San Alejandro". Su obra, vasta, versátil y polifacética, se ha exhibido a través de América y Europa, donde ha sido justamente galardonada con numerosos premios y honores.
Según el artista, su vocación comenzó en los primeros años de su vida. Conserva dos hermosos trabajos de su niñez, uno realizado a los seis años y el otro a las diez. Ellos permiten conocer la formación temprana y en gran medida autodidacta del autor.
¿Cómo más definir su arte? Su arte es simbolista, es modernista, es barroco criollo y, por encima de todo, es romanticismo a lo Cecilia Valdés o a lo "Lamento criollo". Es decir, es el amor y el gozo felices, y al mismo tiempo dramáticos y patéticos. Porque, habiendo vivido casi toda su vida bajo el comunismo y sufriendo ahora exilio, el sufrimiento de la cubanía herida está también en su obra.
En realidad, cualquiera que sea su tendencia artística, su penetrante pincel revela a un artista disciplinado, pero audaz, dotado de un gran poder de observación y buscando recrearse en las realidades históricas y las tradiciones del único país del mundo que puede llamar suyo.
Tan pintor y tan cubano, Héctor Catá va a alcanzar dimensión mundial sin perder y mucho menos traicionar su origen. Dondequiera que pinte en el mundo "ancho y ajeno", su pintura será siempre tan sensualmente cubana como las palmas, el ron y el buen habano. Y tan sonoramente cubana como un pregón, un bolero, una rumba o un danzón. Cuba entera sale por sus pinceles.
Raices Cubanas se siente honrada de tener al pintor habanero Héctor Catá, maestro fiel de dibujo y color cubanos, en nuestra portada y estas páginas.

Sunday, September 23, 2012

Pequenas estampas de Pedro Pablo Oliva

Pequeñas Estampas, publicado en el website de el maestro PedroPabloOliva.com [2012-01-26]

“Divertimentos” o “Pasatiempos” pudiera ser también el nombre de esta colección de obras de pequeñas dimensiones, la mayoría con técnica mixta sobre cartón, que salen de las manos de Pedro Pablo. Un juego que realiza desde finales de los ’70 cuando comenzó su serie de “Pasatiempos “, expuesta en el Museo de Bellas Artes en el año 1982 y que eran muestra de la desbordante creatividad y laboriosidad juvenil del artista, esencias que no le han abandonado con el transcurso de los años.

Ante la impresionante magnitud de un “Gran Apagón” (1994) o de “La extraña persistencia del deseo” (2002), “Homenaje a Rembrandt” (2000) -ambas de la serie “El artista y su modelo”- entre otras tantas, los espectadores de arte suelen, en ocasiones, demeritar el pequeño formato en su obra. Ante comentarios sobre el tema, Pedro Pablo siempre argumenta que la archiconocida Gioconda solo mide 77 x 53 cm y revolucionó la pintura durante el Quattrocento. Y no es que Pedro Pablo lleve nubes de grandeza, sino que ama la belleza de las pequeñas cosas. Recuerdo que a principio de los 2000 Oliva creaba adicción coleccionando la obra de pequeño formato de Irina Elén González, pintora pinareña que encontraba en este formato la manera de expresarse a la usanza de una tejedora de sueños.

Pedro Pablo Oliva
"La Extrana Persistencia del Deseo"
Pedro Pablo Oliva
"El Artista y su Modelo"

Pedro Pablo Oliva
"El Gran Apagon"


El pequeño formato demanda, como ningún otro, destreza técnica y control en la pincelada. Ambas cosas forman parte de las exigencias perennes que Pedro Pablo se impone como artista.

En un recorrido riguroso por las estampas, descubriremos personajes que participarán tiempo después de sus grandes historias, e incluso, hallaremos sensibles referencias de la vida del pintor, que emergen como aquel que exorciza una parte de su existencia.

Muchachas que amó, personajes cotidianos de su entorno, narraciones literarias, invenciones o mitos propios, forman parte del caudal creativo del pequeño formato. Algunos de estos personajes, disfrutan de la intimidad que les proporciona el artista, quien juega a enfrentarlos a sí mismos repletos de delicadeza o gozando de la crueldad. Son la expresión de un ser humano contradictorio, que no cuida de las apariencias o represiones que emanan de la interacción social. Estas inquietudes acompañan toda la obra de Oliva y nos recuerda la poética de muchos movimientos pictóricos, teatrales, cinematográficos o literarios de la segunda mitad del siglo XX donde se muestra la complejidad psicológica del hombre.

“Felito y un insecto”, impactante historia de un personaje de su natal Pinar del Río; “Pelencho y Rosita” disfrutando de los aires románticos del Malecón, “Lidia y los rezos” o “Irene y la nostalgia”, “Los sueños de Toribio”, “Los amores de Filiberto”, historias de amores imposibles, o la propia serie del Gran Abuelo, retratos de un Fidel Castro fuera de los roles del liderazgo, forman parte de estas estampas personales que enriquecen la obra de este sorprendente maestro.

Pedro Pablo Oliva
Lidia y los Rezos



Pedro Pablo Oliva
Felito y un Insecto

Pedro Pablo Oliva
"Los Amores de Filiberto"


Tenemos el placer de tener a "Irene y la Nostalgia en nuestra coleccion. La Coleccion Flores Carbonell.

Irene y la Nostalgia
Pedro Pablo Oliva
Oil on Canvas
Flores-Carbonell Collection

Saturday, September 22, 2012

Histórica muestra de abanicos cubanos: el arte de permanecer



Escrito por Alejandro Ríos para cafefuerte.com
http://cafefuerte.com/culturales/noticias-culturales/literatura-y-artes-plasticas/2197-historica-muestra-de-abanicos-cubanos-en-miami-el-arte-de-permanecer

En 1943 artistas cubanos de renombre fueron convocados para una curiosa exposición a beneficio de la Iglesia Parroquial de Santa María del Rosario, joya del barroco del siglo XVIII y necesitada, por entonces, de mantenimiento y restauración.
A cada participante se le pidió un abanico ilustrado con su poética y el resultado parece haber sido memorable. Wifredo Lam, Cundo Bermúdez, Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Mario Carreño, Carlos Enríquez y Felipe Orlando estuvieron entre los maestros que generosamente donaron sus obras hace 69 años.
El Lyceum Lawn Tennis Club de La Habana organízó la exposición y venta a beneficio de la legendaria iglesia. La suerte que corrieron esas preciosas obras es un enigma y sólo en contados casos algunos coleccionistas han permitido el milagro de su localización.
Ahora un acucioso coleccionista y promotor de las artes plásticas cubanas en Miami, Gustavo Orta, ha unido nuevamente esfuerzos con Miami Dade College para otro gran tributo como los que hicieran con los escultores Roberto Estopiñan y Tony López, hace algún tiempo.
Orta es el artífice de la recreación de aquella antológica muestra bajo el nombre de Fans Forever (Abanicos para siempre), donde ha logrado reunir 50 exquisitos abanicos de 48 artistas, algunos pintados por los participantes originales del año 1943, aunque no corresponden precisamente a esa exposición, y otros encargados a artistas contemporáneos de diversas generaciones y tendencias, en Cuba y en la diáspora.

Obra de Wifredo Lam, realizada en la década de los 40.
Obra de Wifredo Lam, realizada en la década de los 40.
El resultado será expuesto en el Museo de Arte+Diseño en la Torre de la Libertad del MDC desde mañana hasta el 2 de noviembre.

La historia de la configuración de esta muestra es en sí misma un verdadero laberinto digno de contar. Fue un paciente trabajo de dos años y dos meses en los que Orta se dedicó a rastrear pistas que lo llevaran a abanicos pintados en las décadas de los 40 y los 50 por maestros de la plástica cubana, y luego a convencer a artistas contemporáneos, consagrados y noveles, para que le entregaran piezas especialmente creadas para este gran proyecto.
Orta dio muestras de una tenacidad infinita. No consiguió localizar abanicos pintados por Lam, Mariano Rodríguez y Cundo Bernmúdez en la época, convenció a dueños de colecciones para prestar las piezas y también compró en EBay varios ejemplares vietnamitas de excelente confección para enviarlos a los artistas que ya había convencido para que se sumaran a la singular aventura pictórica.
A muchos de los artistas residentes en Cuba les mandó el objeto con una tercera persona que se brindó a transportarlo.  La mirada fue inclusiva hacia los artistas cubanos, sin importar dónde vivían o cómo pensaran. Todos son creadores nacidos en Cuba y el menor es César Santos, nacido en 1982 y quien actualmente reside en Nueva York.
De todos los viejos abanicos rescatados, el que parece haber participado en la muestra original es el de Cundo Bermúdez, firmado en 1943. De Mariano Rodríguez habrá tres, realizados en 1942, 1944 y 1961, facilitados por sus familiares. La bellísima pieza de Lam pertenece a un coleccionista privado que accedió al préstamo y no se descarta que pudiera haber sido subastada en la exhibición inicial.
El abanico, un todo perfecto
De los artistas vivos residentes en Cuba sólo asistirá a la inauguración Salvador Corratgé, de visita en Miami. Maestros de la talla de Manuel Mendive, Adigio Benítez y Antonio Vidal figuran en el catálogo.
Entre los exiliados en las últimas dos décadas están Tomás Sánchez, José Bedia, Gustavo Acosta y Humberto Castro.
El espléndido catálogo de la exposición abre con una frase de la escritora Dulce María Loynaz, quien fuera coleccionista de abanicos, donde resume, de cierta manera, el encanto del objeto enaltecido por la impronta de los creadores: “El abanico no es un accesorio, sino un todo perfecto, una obra de arte en miniatura y como tal hay que respetarla”.
Fans Forever ha hecho posible el reencuentro en Miami de varias generaciones de la plástica cubana, unidos bajo el símbolo encantado de una época y una prestancia que parecen definitivamente habitadas por la nostalgia.

La muestra Fans Forever estará abierta con entrada gratuita al público del 20 de septiembre al 2 de noviembre. Museo de Arte+Diseño del MDC en la Torre de la Libertad, 600 Biscayne Blvd, Miami. Horario de martes a sábado, de 12 del mediodía a 5 p.m.
LISTA DE LOS ARTISTAS PARTICIPANTES EN LA MUESTRA
1.  Wifredo Lam

2.  Luis Martínez Pedro

3.  René Portocarrero

4.  Mariano Rodríguez



5.  Cundo Bermúdez

6.  Tony López

7.  Roberto Estopiñán

8.  Servando Cabrera Moreno

9.  Adigio Benítez

10. Gina Pellón

11. Julio Matilla

12. Salvador Corratgé

13. Antonio Vidal

14. Pedro de Oraá

15. Héctor Molné

16. Orlando Naranjo

17. Ever Fonseca


18. Miguel Ordoqui

19. Luis Cruz Azaceta

20. Vicente Dopico Lerner

21. Manuel Mendive

22. Mysora García

23. Nelson Domínguez

24. Manuel López Oliva

25. Osvaldo García

26. Héctor Catá

27. César Leal

28. Tomás Sánchez
29. Pedro Pablo Oliva

30. Flora Fong

31. Ernesto García Peña

32. Roberto Fabelo

33. Zaida del Río

34. Mario Almaguer

35. Humberto Castro

36. Gustavo Acosta

37. José Bedia

38. Orestes Gaulhiac

39. Emilio Sauma

40. Carlos Acostaneyra

41. Sergio Payares

42. Ismael Gómez Peralta

43. Carlos Estévez

44. Ernesto Capdevila

45. Elsa Mora

46. José Luis Fariñas

47. Li Domínguez Fong

48. César Santos